¿Qué es la Esclerosis Múltiple (EM)?: causas, factores de riesgo, síntomas, y tratamiento
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad considerada huérfana y representa la segunda causa más común de discapacidad neurológica en adultos jóvenes.

La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad considerada huérfana y representa la segunda causa más común de discapacidad neurológica en adultos jóvenes. Debido a su impacto progresivo, es fundamental realizar un diagnóstico temprano y preciso, para así implementar un tratamiento multidisciplinario que mejore la calidad de vida del paciente. En este blog te contamos qué es, cuáles son sus causas, factores de riesgo, síntomas y tratamiento.
¿Qué es la Esclerosis Múltiple?
La EM es una enfermedad inflamatoria y desmielinizante del sistema nervioso central. Se trata de una afección crónica y degenerativa, caracterizada por el deterioro de la mielina, una sustancia que recubre y protege las fibras nerviosas.
Aunque actualmente no existe una cura, hay tratamientos que pueden modificar el curso de la enfermedad, ayudar a controlar los síntomas y reducir la frecuencia de las recaídas.
Síntomas comunes de la esclerosis múltiple
Los signos y síntomas de la EM pueden variar considerablemente entre los pacientes y a lo largo del tiempo. Algunos de los más frecuentes incluyen:
-- Problemas visuales, como pérdida parcial o total de la visión (frecuentemente en un solo ojo), visión borrosa o doble.
-- Sensación de entumecimiento u hormigueo en diferentes partes del cuerpo.
-- Dolor, espasmos musculares, temblores y falta de coordinación.
-- Fatiga constante, debilidad general y mareos.
-- Trastornos del equilibrio.
-- Dificultades urinarias.
-- Disfunción sexual.
-- Alteraciones cognitivas, como problemas de memoria o concentración.
¿Qué causa la esclerosis múltiple?
Aunque la causa exacta aún no se conoce, se cree que la esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune, donde el sistema inmunológico ataca por error a la mielina que recubre los nervios del cerebro y la médula espinal. Esta pérdida de mielina interrumpe o ralentiza la transmisión de señales nerviosas.
Se piensa que su aparición se debe a una combinación de factores genéticos y ambientales.
Factores de riesgo
Existen varios factores que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar EM:
-- Edad: Suele aparecer entre los 20 y los 40 años, aunque puede presentarse fuera de este rango.
-- Sexo: Las mujeres tienen un riesgo de dos a tres veces mayor que los hombres.
-- Antecedentes familiares: Tener un familiar directo con EM incrementa el riesgo.
-- Infecciones virales: En especial el virus de Epstein-Barr, relacionado con la mononucleosis.
-- Raza: La población de origen blanco, especialmente del norte de Europa, tiene un riesgo más alto.
-- Clima: Es más común en regiones con climas templados, como el norte de EE. UU., Canadá y Europa.
-- Vitamina D: Niveles bajos y escasa exposición solar se asocian con mayor riesgo.
-- Otras enfermedades autoinmunes: Como la enfermedad tiroidea, la diabetes tipo 1 o la psoriasis.
-- Tabaquismo: Fumar aumenta la probabilidad de que un primer episodio evolucione a EM diagnosticada.
Posibles complicaciones de la esclerosis múltiple
La EM puede ocasionar una variedad de complicaciones a largo plazo, tales como:
-- Rigidez o espasmos musculares.
-- Parálisis, especialmente en las extremidades inferiores.
-- Problemas en la vejiga, intestinos y función sexual.
-- Deterioro cognitivo, pérdida de memoria o cambios emocionales.
-- Depresión.
-- Convulsiones o epilepsia.
¿Cuándo alertarse y acudir inmediatamente a un centro médico?
Si presentas dificultades como:
-- Entumecimiento o debilidad en una o más extremidades (usualmente aparecen en un costado del cuerpo a la vez, en piernas o tronco).
-- Hormigueo, adormecimiento y/o presencia de dolor en diferentes partes del cuerpo.
-- Temblores y/o falta de coordinación.
-- Pérdida de visión parcial o completa, usualmente por un ojo a la vez.
-- Dolor al mover el ojo.
-- Visión doble o borrosa.
¡Algunas recomendaciones!
-- Si padeces de EM y cuentas con un tratamiento farmacológico, debes seguir las recomendaciones del Neurólogo en cuanto a la adherencia al tratamiento, vía de administración, dosis y frecuencia; en caso de tener un tratamiento no farmacológico este puede estar basado en una rehabilitación integral y la práctica de hábitos de vida saludable.
-- La clave para el cuidado de la salud física y mental es potenciar el bienestar desde casa, con pequeñas acciones que van impactando positivamente el bienestar; eso sí, se debe tener un programa individualizado acorde a las indicaciones del médico tratante.
Fuente: https://esclerosismultiple.com/
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